jueves, 8 de julio de 2010


Aquí estoy, sentada y con deseos de regresar el tiempo ¿Quien dijo que no se podía? si ayer por un momento creí estar con mis seres queridos, parecía que al caminar lentamente por la casa iban a salir de sus habitaciones, unos pidiéndome ayuda con cualquier cosa, otros regañándome por lo que no había echo durante el día.

Que triste es esto, al menos me quedan las noches en las que puedo dormir, y donde tengo dos rutas por tomar, una de ellas es olvidar y la otra es volver al pasado soñando y distraerme.

Aún sigo aquí, tratando de no lamentarlos.


domingo, 4 de julio de 2010

Que fácil es hacerme sentir mal y como una inútil. En estos casos vuelve mi pasado, aquella niña que le pegaban por tan solo contestar mal. Ahora es algo diferente, porque a nadie le gusta que le digan sus verdades por debajo del mantel y las pregonen.

Que diferente hubiera sido si no me hubieran rechazado desde el momento en que nací, y sin embargo, aquí estoy, mendigando una pizca de atención, suplicando por un "estoy orgullosa de ti"

Las lágrimas regresan, la pena vuelve a ser la misma.

Quisiera llorar, gritar, desahogarme...pero no lo haré.

martes, 29 de junio de 2010

jueves, 28 de enero de 2010

Anhelo.

Lo difícil no es entender que los demás tienen una vida, lo difícil es hacerlo y que los demás no lo entiendan.

¿Porque tengo que estar tan sensible? Me lo pregunto una y otra vez, lamentablemente no tengo respuesta. Las sesiones con aquella persona dedicada a la psicología cada vez son más esporádicas, aún así sigo sintiendo que la rabia me consume y la tristeza…simplemente se ha vuelto una aliada.

Deseo quitar de la gente la palabra “inútil” o al menos quitársela de la boca a las personas en el instante en que me ven pasar.

¡No basta con llorar!

Las lágrimas son absurdas, o eso es lo que la mayoría de las personas que esta a mí alrededor piensa, yo me detengo simplemente a escuchar lo que los demás dice…tal vez tenga suerte y me hagan sentir mejor.

viernes, 22 de enero de 2010

Lágrimas.

El amanecer era hermoso pero era aún mayor el atardecer. Parecía eterno…

Al anochecer salía solamente para caminar, le gustaba percibir el aroma que la brisa le traía. Le hacia sentir...un poco mejor ya que el arrepentimiento no la dejaba vivir, tal vez si hubiera estado más cerca de él.

Durante su camino observó como menos gente transcurría por las obscuras calles, sentía como las miradas recaían sobre ella. Le pesaba aquella perdida pero ya no podía hacer nada.

-¿Qué haces aquí?-dijo una fría voz. Anna elevó la mirada y se encontró con la imagen que menos esperaba.

-…-ella solo calló, mas sin embargo una lágrima salió de ella.

Anna no estaba sola, la presencia de Ren ahora la acompañaba. Una segunda lágrima salió marcando un firme camino hasta el pavimento.

-Él esta aquí…-habló refiriéndose a Yoh.

-¡ESTA MUERTO!-gritó descontrolada y soltando su tercer lagrima.

Ren veía como se desmoronaba cada vez mas con su recuerdo, trató de calmarla colocando las manos sobre los delicados hombros de la mujer llamando su atención.

-Él esta aquí-volvió a repetir-Esta aquí…-dijo bajando una mano hasta su vientre.

Desde la muerte de Yoh ella se olvido de todo, hasta de su existencia y la del pequeño que traía consigo.

-Permíteme estar contigo…-su voz la calmaba bastante, ella lo vió a los ojos y asintió.

No importa como murió. A ella solo le importaba que ya no estuviera a su lado… ¡Tanto tiempo perdido!...y ahora solo se podía lamentar.

Anna no solía llorar, no solía demostrar sus sentimientos, solo que ahora ya no podía resistir mas.

Las lágrimas siguieron fluyendo cada vez más rápido. La soledad que ella emitía disminuía pero a paso demasiado lento.

Ahora ella volvía a estar acompañada, pero seguía añorando la presencia de Yoh.